Paginas de mi Moleskine
11 diciembre 2007
O'hara
Intento cambiarme rápido. Quitarme la ropa de ciudad y calzarme, literalmente, unos pantalones de pana del año pasado. Unos que me pasó mi primo el pequeño, que ahora me saca dos cabezas. Talla 16, dice la etiqueta. Calculo de cabeza que es una 30 de vaquero, en la que debería de entrar perfectamente….sobretodo porque el año pasado lo hacía con cierta comodidad. Ummmpff… ains… Arf, arf, arf… me tumbo en la cama. Tomo aire. Eingh! Arf, arf, arf. Ufff… No creo que pueda cerrar los pantalones y seguir con mis constantes vitales por mi mismo. Un último esfuerzo: tomo aire, encojo tripa, prieto los muslos, y abrazo mi cintura con el pantalón. Ziiip. Ya está. Me incorporo de mi cama como si fuera el primo rupestre de los Monsters. Me miro en el espejo y veo cómo mi cintura rebosa, literalmente, por encima del pantalón. Menos mal que es invierno y un convenientemente y holgado jersey de cuello alto cuadra mi tronco con mi cadera. ¿Tienes hambre, deca? Ummm… No. no creo que me quepa, nada. Gracias. Estoy seguro de que si me tomo un solo trozo de lomo es probable que le salte el ojo a alguien con el botón del pantalón… y no es plan, la verdad.
14 Comments:
Y claro, a la hora de triscar y zancasdilear por los campos el tener los huevos comprimidos no ayuda, precisamente...
(lo de Mummy me temo que sólo sería aplicable si en lugar de unos pantalones de pana hubiesen sido unos de cuero de motero/heviata/siniestro de esos que llevan un cordón con sus correspondientes presillas a todo lo largo de los laterales para apretarlos al gusto, que no es lo mismo poner algo holgado y luego apretarlo que intentar meterse en una prenda en la que no cabes)
(y que nadie me pregunte por qué encuentro tan turbadora la imagen de la Rana embutida en unos pantalones de ese tipo)
Bienvenido al mundo de los yogures desnatados y la fruta a media mañana...
Yo no me esfuerzo en recordate aquel lugar que ahora está a cinco minutos de tu oficina... :-D