Paginas de mi Moleskine
17 agosto 2008
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Es temprano. Aun duerme todo el mundo y estoy en esa hora de paz en que andar como un gato es una gran ventaja. Estoy melancólico, claro. Al fin de cuentas, hoy es el ultimo día de mi no vacación. Y el cuerpo te pide pena. En cuarentayocho horas los motivos para esa pena me han encontrado solitos.
Una vez escuché que Stephen howking leía - y lee, supongo- muy despacio porque memoriza lo que extrae de los libros. Para él es un gran esfuerzo pasar páginas, por lo que optimiza su esfuerzo. Que grande, pensé. Que injusto pensar que es idiota el más listo. Qué envidia, poder recordar. Ahora soy yo el que me paro frente a alguien e intento fotografiar ese instante. Me gustaría poder tener una cámara donde grabar lo que vivo, lo que siento... lo que escucho. Poder ponerlo tantas veces como sea posible y disfrutar de nuevo de aquellos momentos.
Estos días, que veo -y siento inminente- la despedida de algunos, me pesco a mi mismo rebuscando esas imágenes en mi cabeza... llego a algun chiste, y me río. Otra anécdota, y vuelvo a sonreir. Me pregunto porqué no podemos recordar olores: sería bonito, sin duda, poder volver a aspirar el de aquella mañana de sol, playa y arena. O, directamente, tu olor. ¿Cual era su colonia? Supongo que algo de Loewe. Pero no es lo mismo, claro. Ya nada es lo mismo.
Una vez escuché que Stephen howking leía - y lee, supongo- muy despacio porque memoriza lo que extrae de los libros. Para él es un gran esfuerzo pasar páginas, por lo que optimiza su esfuerzo. Que grande, pensé. Que injusto pensar que es idiota el más listo. Qué envidia, poder recordar. Ahora soy yo el que me paro frente a alguien e intento fotografiar ese instante. Me gustaría poder tener una cámara donde grabar lo que vivo, lo que siento... lo que escucho. Poder ponerlo tantas veces como sea posible y disfrutar de nuevo de aquellos momentos.
Estos días, que veo -y siento inminente- la despedida de algunos, me pesco a mi mismo rebuscando esas imágenes en mi cabeza... llego a algun chiste, y me río. Otra anécdota, y vuelvo a sonreir. Me pregunto porqué no podemos recordar olores: sería bonito, sin duda, poder volver a aspirar el de aquella mañana de sol, playa y arena. O, directamente, tu olor. ¿Cual era su colonia? Supongo que algo de Loewe. Pero no es lo mismo, claro. Ya nada es lo mismo.
Etiquetas: cosas de la vida, el arcangel, esto es lo que hay
posted by DeCa, 9:51 a. m.
7 Comments:
Una rana andando como un gato? Eso ha de ser cosa del maligno...
(sí se pueden recordar olores, niño, claro que se puede. Lo que no se puede es ponerles nombre, pero recordarlos sí. Recuerda a Proust.)
(sí se pueden recordar olores, niño, claro que se puede. Lo que no se puede es ponerles nombre, pero recordarlos sí. Recuerda a Proust.)
es más bonito olvidar y recordar más tarde.
Como ha dicho sota la memoria olfativa existe, de hecho es una de las mas importantes en el proceso de asociacionismo para pasar de corto a largo plazo... err.. pero bueno que no se, a veces es bonito recordar y a veces no...
(y es con a)
(y es con a)
Que bonito post darling! snif snif...
(no me apetece currar... pffffffff)
(no me apetece currar... pffffffff)
Que bonito post darling! snif snif...
(no me apetece currar... pffffffff)
(no me apetece currar... pffffffff)
Jo.
A mí también me ha parecido un bonito post.
Hay olores que nunca se olvidan, tranquilo.
Hay olores que nunca se olvidan, tranquilo.
